Las ventajas y desventajas de las lentes multifocales

Las lentes multifocales se han popularizado mucho en los últimos años dada la comodidad que brindan al integrar tres tipos de aumentos en uno. Siguiendo las indicaciones de los oftalmólogos y los ópticos, después de la adaptación de semanas que debe seguirse pueden usarse perfectamente en todo momento sin la necesidad de intercambiarlos por otros según cómo se esté enfocando.

¿Cómo funcionan las lentes multifocales?

Esta clase de gafas se componen de tres zonas diferenciadas según la clase de lente: una que corrige la visión cercana, otra para ver de lejos y una tercera que resuelve el problema de la presbicia. Un pariente cercano de las lentes multifocales son las bifocales, pero estas últimas, a diferencia de las descritas aquí suelen presentar algunos problemas, dado que sus dos zonas se encuentran delimitadas de forma grosera, por lo que pueden producirse saltos de visión al mover los ojos, algo muy molesto e incómodo.
Las lentes multifocales pueden ser creadas por ópticos mediante la receta de un oftalmólogo que los autorice. La forma en la que mejoran la visión es paulatina, por lo que este proceso progresivo evita grandes cambios en los ojos permitiendo un proceso más natural.

Fáciles de usar

Dadas sus características, los pacientes que más reciben los ópticos requiriendo esta clase de anteojos son de la tercera edad. Además de los tradicionales enmarcados, la cirugía de reemplazo del cristalino, que se realiza en hospitales y clínicas,  también puede ser una oportunidad para aplicar esta tecnología. Con más ventajas que las lentes multifocales comunes, las intraoculares brindan mejoras permanentes y una mayor tasa de efectividad, además que no presentan ninguna molestia postquirúrgica.
Los ópticos las diseñan con aparatos tecnológicos de última generación que miden exactamente el tamaño y curvatura que deben tener las lentes según cada caso, por lo que son perfectamente adaptables a las necesidades personales.